Feliz Cinco de Mayo

“Una hora de entrenamiento duro vale más que cinco horas de arrastrar los pies”.
-Pancho “Segoo” Segura

El Cinco de Mayo está aquí, y mis hijos y yo lo celebramos escuchando música hispana y haciendo quesadillas.

Tuve el privilegio de colaborar con el compositor mexicano residente en París Esteban Zúñiga, grabando con él y estrenando su excelente obra para violín y piano basada en Proverbios 19 tanto en Estados Unidos como en París, Francia. Esteban es un ávido compositor y realizador, que a menudo se inspira en la música electrónica europea, así como en los Proverbios bíblicos.

Además del trabajo de Esteban, he disfrutado interpretando una fusión de pop latino y música clásica europea con mi conjunto musical familiar. Toqué una línea de bajo con ritmo latino mientras una de mis hermanas hacía un solo con el Concierto para violín de Mendelssohn por encima, y otra completaba las armonías. Fue fascinante ver cómo nuestro fenomenal arreglista podía unir estas tradiciones musicales aparentemente dispares de una manera tan innovadora.

Hace unos años, enseñaba español en el colegio de mi hija. Para celebrar la fiesta, llevé una piñata de burro a la clase, así como una cantidad desmesurada de patatas fritas y salsa para compartir con los demás niños. ¡También me adentré en un poco de música de mariachi por primera vez en mi vida! Con una flor roja en el pelo, interpreté el famoso “Jarabe Tapatío” (más conocido como el “Baile del sombrero mexicano”) para diversión de mis alumnos. Después, se aprendieron una pequeña interpretación vocal para cantar alrededor de la piñata mientras agitaban las maracas y se disputaban los caramelos.

Decidí profundizar un poco más en la música mexicana y latina, tratando de familiarizarme con algunos de los pioneros del género. La Sonata para violonchelo y piano de Manuel Ponce (1882-1948) me pareció absolutamente impresionante. Incorporó gran parte de la música popular de su país de origen en sus composiciones, ayudando a preservar su herencia.

El compositor contemporáneo Arturo Márqez (1950) continúa esta tradición de utilizar la música nativa mexicana para inspirar sus composiciones clásicas, como se ve en su Danzón nº 2, para orquesta. Me encanta el nostálgico solo de violín de la parte central (4’24”).

Espero que este fin de semana, mientras comes patatas fritas y salsa, te tomes unos minutos para ver algunas de estas joyas musicales mexicanas.